miércoles, 1 de febrero de 2012

Filmografia: Dario Argento **En construccion**










Dario Argento (n. 7 de septiembre de 1940) es un director, productor y guionista italiano de cine. Es conocido por sus trabajos del género giallo, y su influencia a películas de terror y slashers. Está casado con la actriz Daria Nicolodi con quien tiene una hija, también actriz, Asia. Precisamente ambas han trabajado en su película de 2007 La terza madre


Los inicios Nació en Roma, sus padres fueron el productor de cine Salvatore Argento y la modelo brasileña Elda Luxardo. Empezó su carrera como crítico de cine, escribiendo para varias revistas mientras estudiaba. No entró a la universidad, eligiendo escribir para el diario "Paese Sera".
Mientras trabajaba para el diario comenzó a escribir guiones. Uno de sus trabajos más notables fue en colaboración de Bernardo Bertolucci para la película de Sergio Leone, C'era una volta il West. Escribió y dirigió su primera película, L'Ucello dalle piume di cristallo, que fue estrenada en 1970, siendo todo un éxito en Italia.
Su estilo como director fue influenciado por Mario Bava, Riccardo Freda, Sergio Leone, Alfred Hitchcock, Michelangelo Antonioni y Federico Fellini.


Cine giallo Aunque Mario Bava es catalogado como el creador del cine Giallo, Argento fue quien popularizó el género y lo expandió fuera de Italia.
Dirigió tres películas bastante exitosas dentro del género, El pájaro de las plumas de cristal (1970), El gato de las nueve colas (1971) y Cuatro moscas sobre terciopelo gris (1972).
Argento volvió a los thrillers con Rojo Oscuro (1975), catalogada como el mejor trabajo del italiano. La película hizo famoso a Argento, y su estilo inspiró a varios directores como John Carpenter, conocido por su película Halloween.



AQUI VAN LAS FOTOS QUE NO SALEN





Cine sobrenatural La siguiente película de Argento fue Suspiria (1977), un thriller violento y sobrenatural; muchos fans nombran a Suspiria y Rojo profundo como los mejores trabajos de Argento. Esta película era la primera de la trilogía sobre «Las tres madres», tres antiguas brujas que vivían en tres ciudades modernas diferentes. La segunda película de la saga fue Inferno en los años 1980. Pero la trilogía no se pudo completar hasta 2007 con "La Terza Madre", debido a problemas financieros.
En 1978 participó en la película de George A. Romero, El amanecer de los muertos, como productor.
Argento volvió al cine giallo con Tenebrae (1982) y Phenomena (1985), un cruce entre terror sobrenatural y giallo clásico, protagonizado por Jennifer Connelly. Además escribió dos guiones para el hijo de Mario Bava, Lamberto Bava, en las películas Demoni (1985) y Demoni 2 (1986).


Post-Opera En 1987 se estrenó la película Opera, mal recibida por los fans y críticos. Además hubo otros incidentes, la muerte del padre de Argento fue durante la producción, la protagonista Vanessa Redgrave dejó el proyecto después que la filmación había comenzado, tuvo problemas trabajando con su colaboradora y pareja Daria Nicolodi, la filmación estuvo llena de pequeños accidentes y errores que convirtieron a la película en una de las peores experiencias de Argento.
Argento colaboró con George A. Romero en una adaptación a la obra de Edgar Allan Poe, Los Ojos del Diablo en 1990. También participó en películas de poca fama como Trauma (1993) y una versión de El fantasma de la ópera en 1998. Tras estas películas perdió muchos fans y los críticos no lo veían de buena manera.
Volvió al género giallo con Insomnio (2001) y El Jugador (2004), recuperando a algunos de sus fans, pero su nuevo estilo no fue visto del todo bien por la crítica.
En el año 2005 dirigió un capítulo de la serie Masters of Horror titulado «Jennifer», el trabajo fue recibido de buena forma por los críticos. Este mismo año realiza el telefilm ¿Te gusta Hitchcock?.
En diciembre de 2006 se estrenó «Pelts», un nuevo capítulo de Masters of Horror, dirigido por Argento.
En 2007 pudo concluir la trilogía «Las tres madres», rodando La terza madre.



Lejos de cualquier tendencia o moda dentro del género fantástico, Darío Argento ha cimentado y sostenido una obra tan particular como obsesiva a lo largo de quince largometrajes. Su condición de cineasta de culto lo relega al reconocimiento acotado de los fanáticos del género, pero más allá de este condicionamiento, sus películas revelan a un creador notable y obstinado, un artista que luce un amplio dominio tanto de las estructuras narrativas como de la belleza plástica. En el cine de Argento, hoy, parece ya no haber posibilidad de desvío, su mirada de entomólogo ha escarbado desde 1969 en el mismo agujero, reafirmando la posición de un cineasta italiano que vive al margen de la industria, y a años luz del empobrecido panorama actual del cine de terror. Sobradas razones para intentar un acercamiento a su particular mundo de psicópatas, madres enfermizas, animales, y ojos violentados.

La irregularidad no es tanto una condición inherente a la filmografía de Darío Argento, como una característica estructural de cada una de sus obras. Es más bien una apoyatura, un orden oscilante sobre el cual se erigen construcciones irracionales que fluctúan permanentemente entre los más chatos estereotipos genéricos y los estallidos manieristas devenidos elementos reveladores de un mundo regido por la insanía. El mal, la locura, y la enfermedad, sublimarán el caos en irrupciones brutales donde el crimen adquiere estilísticamente una belleza arrebatadora como consecuencia de su concepción artística; en contrapunto (y salvando las tres excepciones en las cuales el omnipresente aliento onírico–pesadillesco enhebra todo el relato: Rojo profundo, Suspiria, e Infierno), estos destellos álgidos, exaltación imperiosa de la forma que traduce la violencia en un desesperado arrebato operístico de excesos barrocos, encontrarán solución de continuidad en un recorrido rayano en los estereotipos del whodunit tradicional

Y es en ese punto donde los presupuestos genéricos estallan y el sentido racional estipulado diegéticamente se ve desmantelado por el trazo personal, por el (casi) incondicional desprecio por la intriga y su resolución en función de la exhibición del crimen como potencia abstracta, como representación del mal en estado puro. Lo que importa, entonces, no es tanto la identidad oculta del ejecutor, ni la verosimilitud de sus motivaciones, sino el hecho mismo, la violencia de su porte, la abrumadora poética de la mutilación, y la aciaga posibilidad de que todos, y por cualquier motivo, puedan ser los asesinos. De ahí, y con el aporte de sobradas justificaciones, la idea de que el cine de Argento halle su simiente fundamental en elucubraciones paranoicas; de ahí la recurrencia de encuadres imposibles, forzados, de ahí también los cuadros obstruidos por marcos, paredes, y elementos cualesquiera que refuercen la idea poco probable de un observador omnipresente, constante e ineludible, una presencia espectral carente de lógica que se suma a la tríada de miradas violentadas durante cada crimen: la de la víctima, la del victimario, y la del testigo (ocasional o forzado).


El ojo de Buñuel, esa mirada advertida y rasgada en la apertura de El perro Andaluz, tal vez sea un distanciado referente, un aporte inmotivado, o un elemento crucial de esta imaginería escabrosa basada en la desfocalización del crimen en función de su espectacularización, de su reconversión en suceso artístico. Bello, por encima de todo. Pero indefectiblemente aterrador.

Podría tal vez precisarse que el lenguaje fílmico apoya su estructura en la mostración y el escamoteo de tres miradas: la de los personajes, la del autor, y la del espectador. En el cine clásico (y pecando en estas consideraciones de una excesiva simplificación), la función primordial es delegada a la primera mirada, la de los personajes, cuyas acciones encadenadas organizan la estructura del relato manteniéndose oculta la segunda, la del “gran narrador”. La tercera, la del espectador, es, por motivos obvios, inevitable, sólo podría ponerse en tela de juicio la idea de que la concepción y la puesta en forma de las miradas anteriores la convierta en un sujeto activo o pasivo de la obra.





En el cine de Darío Argento, el rol de las miradas se quiebra en esquirlas por las que circula la idea de una desfocalización general del relato puesta a la orden de la conversión del crimen en espectáculo, y, como plus estructural, de la confirmación paranoica de un universo conspirativo en el cual todos son observados y amenazados por fuerzas inasibles.

La mirada perturbada sostenida por la cámara de Argento, puede corresponderse alternativamente con el punto de vista subjetivo de la víctima, del victimario, del testigo, o de elementos externos algunas veces reconocibles (los cuervos de Terror en la ópera, los insectos de Phenomena) y otras intangibles (puntos de vista forzados o travellings que no parecen corresponderse con otra cosa más que con la omnipresencia del mal). Así, desde el crimen iniciático en que un testigo debe poner en duda la certeza de lo que ve, cada crimen es exhibido como una meditada puesta en escena dentro de la puesta en escena global del film, como un exabrupto operístico donde la estilización de la violencia intenta establecer la más pura y directa identificación del crimen con el acto creativo, es decir, tanto con la belleza exasperada como con las posibilidades de lo falso, del engaño. De hecho, este movimiento constante de la percepción puesto en marcha desde el primer gesto brutal del homicida, inventa una función de la mirada basada en la circulación permanente, en la incertidumbre, en el corrimiento implacable de un punto de vista a otro, y en la construcción de una presencia “superior” enfermiza y omnipresente capaz de instaurar el desequilibrio en lo cotidiano.




Una función de la mirada que la coloca en el eje del universo de Argento, un universo donde los mundos creados, imaginados como pesadillas infantiles exaltadas, son mundos atiborrados de miradas enfermizas o aterradas, de ojos engañados por la puesta en escena de un crimen, de ojos obligados a ser testigos de la brutalidad, de ojos de animales atentos, de ojos agredidos, de ojos perturbados ávidos de sangre, de ojos imposibles, de ojos ciegos, y de ojos huecos, como los del paradigmático final de Infierno, donde la resolución de los misterios es la certificación del sinsentido, del caos, de la paranoia, del mal indefectible. Ya no hay un asesino, su identidad se ha tornado irrelevante, ya que en el paroxismo surreal de la conclusión se revela el portador de esa mirada omnipresente, de esos ojos huecos que todo lo ven. El asesino es en realidad la “madre” (otro icono fundamental de su imaginería) de todos los asesinos, la “madre tenebrarum” de las tres madres que gobiernan desde el mal, la muerte misma

En Las madres terribles, más allá de esta concepción del crimen como potencia abstracta, y del mal como eje rector de la existencia, subyace la idea de un pasado traumático que erige a la maternidad como perversión motivadora del caos. Las madres, figuras primordiales de toda la filmografía de Argento, adoptan roles que van desde la figura del psichokiller tradicional (Rojo profundo, Phenomena, Trauma), hasta la corporización de deidades infernales (el tríptico incompleto sobre “Las tres madres”, compuesto hasta ahora por Suspiria e Infierno).




Si bien en sus tres primeras obras (El pájaro de las plumas de cristal, El gato de nueve colas, y Cuatro moscas sobre terciopelo gris) Darío Argento propone una sutil subversión del género clásico de misterio, es en Rojo Profundo donde el mecanismo se hace más radical adentrándose deliberadamente en el terreno escabroso del horror. Aquí se repite otra vez el esquema del whodunit , otra vez la desfocalización de la mirada, otra vez el juego de representaciones y engaños, pero ahora, y definitivamente, todo se conjuga en una exasperada concepción plástica manierista rayana en lo onírico (esos rojos y azules de aliento pesadillesco, esos amplios espacios lúgubres extraídos del gótico, esos encuadres imposibles), y la intriga, por momentos chata, es apenas una justificación paranoica que sirve de nexo entre esos destellos álgidos balbuceados en crímenes majestuosos, dilatados por una tortura lenta en la que se hace patente el miedo. Y también surge, como en un juego infantil perverso apoyado en toda una iconografía de enfermiza inocencia (juguetes demoníacos, melodías infantiles de tono lúgubre), la poderosa figura de la madre como portadora del mal, figura que hallará sus puntos culminantes en sus dos films posteriores, Suspiria e Infierno, donde aparecen dos de las tres madres que “ejercen su dominio sobre el mundo, expandiendo dolor, lágrimas, y oscuridad” (Mater Suspiriarum y Mater Tenebrarum, mientras que la tercera, Mater Lachrymarum, sigue fuera de la trilogía incompleta).

La madre, no ya como expresión abstracta del mal, pero si otra vez como corporización del instinto asesino, o, al menos, como sombra lejana que ejerce su peso desde el pasado, permanecerá siempre latente configurando una especie de centro en torno del cual gira lo maligno.

La misma posibilidad del mal omnipresente expresada en sus films anteriores, adoptaba en Syndrome (1995) un estatuto idéntico pero esbozado desde otra posición. No era ya la multiplicación indeterminada de la figura del asesino lo que hacía patente un orden de mundo regido por la insanía, sino la fascinación incontenible ejercida por lo escabroso que convertía a lo maligno en un valor de cambio, en una potencia que una vez revelada se asumía como propia. La multiplicidad se reducía a una dualidad, a una imagen especular, a un duelo eternizado y solitario; el “uno” (víctima) enfrentado al “otro” (victimario) debían completar un itinerario irrevocable para permutar sus roles.

El fantasma de la ópera (1998), versión más que libre de la obra de Gaston Leroux, procede sobre el mismo presupuesto: la fascinación ejercida desde el lado oscuro, en este caso materializado en la figura del “monstruo” (demasiado humano), no ya fantasma, sino “rata” (“No soy un fantasma, soy una rata”, en las mismas palabras del protagonista), conversión del personaje mítico en una especie de marginal despojado de otra monstruosidad más que la de haber sido expulsado y educado por roedores en los sótanos de la ópera. Así, el punto de partida se emparienta más con el origen de El Pingüino de Burton (Batman Returns) que con la obra original: un moisés con un bebé es abandonado en las cloacas (reescritura de su versión de la perversidad de la figura materna) y recibido por una multitud de ratas que adoptarán tanto el rol de madres sustitutas como el de futuras amantes, conformando una especie de familia incestuosa radicada en un submundo que amenaza con filtrarse hacia el exterior a través de las posibles entradas abiertas por un orden moral en descomposición



Filmografía mas representativa





El Pájaro de las Plumas de Cristal (1970)
TITULO ORIGINAL L'Uccello dalle piume di cristallo
AÑO 1970
DURACIÓN 91 min. PAÍS Italia
DIRECTOR Dario Argento
GUIÓN Dario Argento & Bryan Edgar Wallace
MÚSICA Ennio Morricone
FOTOGRAFÍA Vittorio Storaro
REPARTO Tony Musante, Suzy Kendall, Mario Adorf, Enrico Maria Salerno, Eva Renzi, Umberto Raho, Renato Romano,
PRODUCTORA Coproducción Italia-Alemania
SINOPSIS  Sam Dalmas, un joven escritor americano, está a punto de marcharse de Roma para volver a Estados Unidos. La noche antes de su marcha asiste a la agresión de Monica Ranieri: alguien la apuñala y desaparece en la oscuridad. El comisario Morosini es encargado de la investigación e informa a Sam de la posible presencia de un asesino en serie en la ciudad: la misma persona que ya ha matado con arma blanca a tres chicas podría haber intentado apuñalar a Monica. Sam decide aplazar su marcha e investigar por su cuenta... 










El Gato De Las 9 Colas (1971)
Título original: GATTO A NOVE CODE, IL.
Director: Dario Argento
Año: 1971.
Nacionalidad: Italia; Francia; Alemania
Duración: 110 minutos.
Género: Thriller
Distribuidora: MANGAFILMS
Intérpretes: Karl Malden, Catherine Spaak, James Franciscus
SINOPSIS  "Franco Arno, ciego de nacimiento, y su sobrina Lori escuchan de camino a casa y en la oscuridad de la noche una siniestra conversación entre un ladrón y un chantajista. La discusión termina en asesinato. Consternado al no haber podido evitarlo y, a pesar de su invalidez, Franco unirá sus esfuerzos con el periodista Carlo Giordani para revelar el misterio que se oculta tras una enrevesada trama de espionaje industrial, crímenes brutales y la teoría de que las tendencias psicopáticas de un individuo pueden ser descubiertas estudiando la configuración de sus cromosomas." 









Rojo Oscuro (1975)
Titulo Original: Profondo Rosso (The Deep Red Hatchet Murders)
Titulo hispano: Preludio Para Matar (Rojo Profundo)
TEMÁTICA: Giallo PAIS: Italia
DURACION: 95 Minutos AÑO: 1975
DIRECTOR: Dario Argento
GUION: Dario Argento Bernardino Zapponi
INTERPRETES: Daria Nicolodi David Hemmings Gabriele Lavia
PRODUCTOR: Salvatore Argento
FOTOGRAFÍA: Luigi Kuveiller MUSICA: Giorgio Gaslini
MONTAJE: Franco Fraticelli
Sinopsis:  Una vidente con la capacidad de leer la mente de las personas, capta los pensamientos de un asesino en un juicio. Un pianista inglés envuelto en una serie de asesinatos consigue convencerlo para que solucione el caso. Pero sus investigaciones son obstaculizadas por nuevos crímenes y empieza a preguntarse por qué el asesino puede seguir sus movimientos tan de cerca.









Suspiria (1976)
TITULO ORIGINAL Suspiria
AÑO 1976
DURACIÓN 101 min. PAÍS Italia
DIRECTOR Dario Argento
GUIÓN Dario Nicoladi & Dario Argento
MÚSICA Dario Argento
FOTOGRAFÍA Luciano Tovoli
REPARTO Jessica Harper, Stefania Casini, Flavio Bucci, Udo Kier, Miguel Bosé, Rudolf Schündler,
PRODUCTORA Seda Spettacoli

Una joven (Jessica Harper) ingresa en una exclusiva academia de baile, la misma noche que asesinan a una de las alumnas. La subdirectora del establecimiento es la amable Madame Blank, que brinda a la nueva alumna todas las comodidades y facilidades, para que pueda estudiar y aprender. Pero poco a poco, un aire malsano va inundando el lugar y su estancia se va convirtiendo en una verdadera pesadilla.














Tenebre (1982)
Año: 1982
País: Italia
Duración: 110 minutos
Título Original: Tenebre
Dirección: Dario Argento
Producción: Claudio Argento
Guión: Dario Argento
Fotografía: Luciano Tovoli
Música: Goblin
Un famoso escritor de novelas de terror hace una visita a Roma con el fin de promocionar su nuevo libro: Tenebrae. Unos terribles asesinatos se suceden en la ciudad, todos muy parecidos a los descritos en el libro. 













Phenomena (1985)
TITULO ORIGINAL: Phenomena (Creepers)
PAIS: Italia DURACION: 106 Minutos
AÑO: 1985
DIRECTOR: Dario Argento
GUION: Dario Argento
INTERPRETES: Daria Nicolodi, Donald Pleasence, Fiore Argento, Jennifer Connelly y Patrick Bauchau
PRODUCTOR: Dario Argento
MUSICA: Simon Boswell
FOTOGRAFÍA: Romano Albani









Demons (1985)
Titulo original: Dèmoni
País: Italia
Género: Terror
Director: Lamberto Bava
Reparto: Urbano Barberini, Natasha Hovey, Karl Zinny, Fiore Argento, Paola Cozzo, Fabiola Toledo, Nicoletta Elmi,
Guión: Dario Argento, Lamberto Bava, Franco Ferrini (Historia: Dardano Sacchetti)
Fotografía: Gianlorenzo Battaglia
Música: Varios
Año: 1985
Duración: 88 min











Terror en la Opera (1987)
TITULO ORIGINAL: Opera (Terror at the Opera)
PAIS: Italia
DURACION: 107 Minutos AÑO: 1987
DIRECTOR: Dario Argento
GUION: Franco Ferrini
INTERPRETES: Coralina Cataldi Tassoni, Daria Nicolodi, Francesca Cassola y Ian Charleson
PRODUCTOR: Dario Argento
FOTOGRAFÍA: Ronnie Tayl











El engendro del diablo (1989)
TÍTULO ORIGINAL La chiesa (AKA The Church)
AÑO 1989 DURACIÓN 102 min.
DIRECTOR Michele Soavi
GUIÓN Dario Argento, Franco Ferrini, M.R. James
MÚSICA Keith Emerson, Philip Glass, Goblin, Fabio Pignatelli
FOTOGRAFÍA Renato Tafuri
REPARTO Hugh Quarshie, Tomas Arana, Feodor Chaliapin Jr., Barbara Cupisti,
Antonella Vitale, Giovanni Lombardo Radice, Asia Argento, Roberto Caruso,
PRODUCTORA ADC Films / Cecchi Gori Group Tiger Cinematografica / Reteitalia









Los ojos del diablo (1990)
Titulo Original: Due Occhi Diabolici (Two Evil Eyes)
Titulo hispano: Dos Ojos Diabólicos
PAIS: Italia / Estados Unidos
DURACION: 121 Minutos AÑO: 1990
DIRECTOR: Dario Argento y George A. Romero
GUION: Dario Argento
INTERPRETES: Bingo O’Malley, Jeff Howell, Madeleine Potter y Ramy Zada
PRODUCTOR: Achille Manzotti
MUSICA: Pino Donaggio FOTOGRAFÍA: Giuseppe Maccari











El Fantasma de la Opera (1998)
Titulo Original: Il Fantasma Dell'Opera (The Phantom of the Opera)
TEMÁTICA: Fantasmas
PAIS: Italia / Hungría
DURACION: 99 Minutos AÑO: 1998
DIRECTOR: Dario Argento GUION: Gérard Brach Dario Argento
INTERPRETES: Andrea Di Stefano Asia Argento István Bubik Julian Sands
PRODUCTOR: Giuseppe Colombo Aron Sipos
FOTOGRAFÍA: Ronnie Taylor
MUSICA: Ennio Morricone MONTAJE: Anna Rosa Napoli












Insomnio (2001)
Titulo Original: Non Ho Sonno
Titulo hispano: No Tengo Sueño (Insomnia)
PAIS: Italia DURACION: 120 Minutos
AÑO: 2001
DIRECTOR: Dario Argento GUION: Dario Argento
INTERPRETES: Chiara Caselli Max von Sydow Roberto Zibetti Stefano Dionisi
PRODUCTOR: Dario Argento Claudio Argento
FOTOGRAFÍA: Ronnie Taylor MUSICA: Goblin
MONTAJE: Anna Rosa Napoli











El Jugador (2004)
TITULO ORIGINAL: Il Cartaio (The Card Player)
TITULO HISPANO: El Jugador De Cartas / El Amo del Juego
PAIS: Italia DURACION: 96 Minutos
AÑO: 2004
DIRECTOR: Dario Argento
GUION: Dario Argento y Franco Ferrini
INTERPRETES: Antonio Cantafora, Claudio Santamaria, Liam Cunningham y Stefania Rocca
PRODUCTOR: Dario Argento MUSICA: Claudio Simonetti
FOTOGRAFÍA: Benoît Debie MONTAJE: Walter Fasano






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Inferno


INFERNO


AÑO: 1980
PAÍS: ITALIA
DIRECCIÓN: DARÍO ARGENTO
PRODUCCIÓN: CLAUDIO ARGENTO
PROTAGONISTAS: IRENE MIRACLE, LEIGH Mc CLOSKEY, ELEONORA GIORGI, DARÍA NICOLODI, ALIDA VALLI, ANIA PIERONI.



ARGUMENTO:

Mark es un joven estudiante de música en Roma que repentinamente recibe una carta de su hermana Rose de Nueva York, donde le comunicaba el fatídico descubrimiento del lugar donde vive, un viejo edificio donde se esconde un oscuro misterio ligado a la magia negra y a la brujería… es así como Mark viaja a Estados Unidos ante tan elocuente carta, sin saber que se encontrará con su hermana desaparecida y con el mutismo del grupo de habitantes del edificio, lo que llevará al sujeto a sumergirse en el macabro tema de las tres madres: Suspiriorum, Lacrimarum y Tenebrarum, tres brujas que personifican a la muerte y que sembraron el terror desde tres puntos claves del mundo: Friburgo, Nueva York y Roma …



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